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CIRUJANO URÓLOGO ESPECIALISTA EN PRÓSTATA, PEYRONIE Y MEDICINA SEXUAL
  • Dr. Peinado: “Existen numerosas indicaciones y estrategias para el alargamiento de pene, pero no existen estudios  (ni clínicas ni en la bibliografía actual), que describan adecuadamente las motivaciones o estrategias exclusivamente para el aumento del perímetro del pene”.

Madrid, 29 julio 2022.- El eterno deseo del hombre de tener un pene más grande ha hecho que se desarrollen muchas técnicas de alargamiento y aumento de la circunferencia del pene. Muchos hombres desean aumentar el tamaño de su pene para mejorar su autoestima, su aspecto estético y/o para satisfacer a su pareja sexual. A lo largo de la historia, el pene se ha considerado el símbolo dominante de la masculinidad, lo que ha generado una gran ansiedad sobre la longitud y el grosor del pene en muchos hombres.

“Aunque la longitud y el grosor medio del pene en erección es de 13,1 cm y 11,65 cm (circunferencia del pene en erección), respectivamente, los hombres que perciben que su pene es más pequeño que la media representa hasta el 50% de la población general. Si además esta idea preconcebida se ve reforzada por los medios de comunicación y el gran consumo de pornografía, los hombres demandan cada vez más soluciones médicas para el tamaño ‘inadecuado’ de su pene”, asegura el cirujano urólogo especialista en peyronie y medicina sexual, jefe Servicio de Urología del Hospital Ruber Juan Bravo y profesor de Urología de la Universidad Europea, el Dr. François Peinado Ibarra.

El Dr. Peinado describe las posibles motivaciones para el aumento del grosor del pene, así como las diversas modalidades médicas, de tracción, de inyección, protésicas y reconstructivas que utilizamos habitualmente en las especialidades urológicas y plásticas. “Existen numerosas indicaciones y estrategias para el alargamiento de pene, pero no existen recomendaciones (ni clínicas ni en la bibliografía actual), que describan adecuadamente las motivaciones o estrategias exclusivamente para el aumento del perímetro del pene. El aumento de la circunferencia se realiza normalmente sólo por razones cosméticas y psicológicas, de forma similar a lo que ocurre con el aumento de las mamas”, sostiene.


Dismorfofobia del pene

La dismorfofobia es una fobia o rechazo exagerado por alguna parte del cuerpo, en este caso por el tamaño o la apariencia del pene. “Hay varones que sí que tienen micropene, es decir, una longitud de pene flácido menor de 7 cm., pero la mayoría de los hombres que solicitan un aumento de pene tienen un pene de tamaño normal según los estándares clínicos, así es que pueden sufrir un trastorno dismorfofóbico del pene. Algunos hombres presentan ansiedad por tener el pene pequeño, lo que implica un miedo y/o preocupación excesiva a que sus genitales sean observados y evaluados negativamente por los demás debido al tamaño”, relata el experto.

El tratamiento del micropene es quirúrgico mientras que, dado que el trastorno dismorfofóbico del pene es ante todo un diagnóstico psicológico, antes de emprender el aumento del perímetro es aconsejable en muchos casos realizar evaluaciones psicológicas, psiquiátricas y urológicas exhaustivas.

“Es importante constatar que las técnicas para aumentar la circunferencia del pene en estado de flacidez como de erección, permiten mantener un aspecto natural y uniforme del órgano, conservando la integridad de la capacidad sensorial y de erección del paciente”, asevera el Dr. Peinado.

Técnicas de engrosamiento del pene

El cirujano urólogo advierte de que se han probado varios materiales para inyectar en la capa subcutánea del pene con el fin de aumentar su tamaño, pero, constata que “los materiales inyectables como la parafina, el aceite mineral, el mercurio metálico y la vaselina pueden causar complicaciones graves, como gangrena de Fournier, disfunción eréctil, formación de abscesos o complicaciones graves por lo que no deben realizarse estas técnicas”.

Así, recomienda como técnicas de aumento de la circunferencia del pene “la colocación de una malla acelular de dermis, la inyección de ácido hialurónico, e inyectar la grasa del propio paciente”. En este sentido, explica que en Estados Unidos también hay disponible una prótesis de silicona.

Con todo, descarta los injertos libres de grasa dérmica y otros productos de alto riesgo, como la silicona líquida, que han demostrado reacciones tisulares severas y complicaciones que requieren en muchas ocasiones la reintervención del paciente.

  1. Mallas dérmicas acelulares o los parches de colágeno. “Es una de las técnicas que más empleamos”, destaca François Peinado. Se colocan alrededor del pene -excepto en la zona de la uretra- y permanecen de forma indefinida.

  2. Ácido hialurónico: El ácido hialurónico es un relleno dérmico reabsorbible de larga duración que tiene un perfil de seguridad bien establecido. El uso de rellenos cosméticos para tejidos blandos ha aumentado un 312% desde el año 2000 y representa casi 2,7 millones de procedimientos anuales. Los agentes, como el ácido hialurónico, la hidroxiapatita de calcio, el colágeno, las microesferas de polimetilmetacrilato (PMMA) y varios otros, se utilizan en innumerables tipos de procedimientos cosméticos mínimamente invasivos y se han examinado para su uso en el aumento del pene.

  3. Inyecciones de grasa. La inyección de grasa autóloga se usa en procedimientos cosméticos y de aumento desde hace décadas. Los principios de la cirugía incluyen la extracción de grasa por liposucción (normalmente del abdomen o del muslo), la preparación de la grasa y la posterior inyección subcutánea. El objetivo de la inyección de grasa entre la túnica albugínea y la fascia del pene es el aumento uniforme del diámetro del pene. Esta técnica permite un aumento de 2-3 cm de circunferencia.

 

“Nadie puede asegurar que no puedan surgir complicaciones como en todas las cirugías, y el paciente debe conocerlas, aunque no sean frecuentes”, concluye el cirujano urólogo especialista en próstata, peyronie y medicina sexual.

ENGROSAMIENTO DEL GLANDE

Las técnicas de inyección del pene deben tener en cuenta el tamaño del glande, porque su aumento por vía quirúrgica es complejo. Se han descrito técnicas de inyección de tejido adiposo o de ácido hialurónico en la base del glande, justo delante del surco balanoprepucial.

El resultado en términos de ganancia de tamaño es limitado, y estas técnicas se deben reservar también para el tratamiento de algunas formas de eyaculación precoz.

 

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Rosana Ribera de Gracia
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