El Doctor François Peinado, cirujano urólogo especialista en próstata, Peyronie y medicina sexual, habla sobre las últimas novedades de la relación entre el priapismo -erección persistente- como complicación tromboembólica de la COVID-19 grave.
Madrid, marzo 2021.- El 80% de los casos de priapismo se dan como consecuencia de la administración de medicamentos (en particular de Prostaglandina E1 en inyección dentro de los cuerpos cavernosos del pene), según afirma el Doctor François Peinado, cirujano urólogo especialista en próstata, Peyronie y medicina sexual, que habla sobre las últimas novedades de la relación entre el priapismo como complicación tromboembólica de la COVID-19 grave, que está siendo investigada en varios estudios científicos.
“El priapismo es una erección persistente de duración mayor de cuatro horas que continúa más allá de la estimulación sexual o no está relacionado con ella. La erección puede ser completa o parcial”, explica el doctor Peinado. Y, aunque el urólogo apunta que “gran parte de los casos de priapismo son de causa desconocida”, sí detalla algunos factores que pueden hacer que se produzcan estas erecciones: “Hay múltiples enfermedades que pueden causar esta erección prolongada como son las inyecciones que se ponen en el pene para provocar una erección tanto en el estudio ecográfico doppler del pene como en el tratamiento de la disfunción eréctil que no responde a los tratamientos medicamentosos (aquí en España, utilizamos principalmente el Caverject)”, afirma.
“Otras causas pueden ser debidas a medicamentos, drogas como la cocaína, enfermedades hematológicas, enfermedades neurológicas o tumorales particularmente el cáncer de vejiga o de próstata”, añade.
La relación entre priapismo y coronavirus
La infección por SARS-CoV-2 (COVID-19) se asocia con frecuencia a complicaciones tromboembólicas y en un informe reciente llevado a cabo por un equipo de investigadores americanos en el que ponen el foco en un caso práctico de un paciente que llegó con este síntoma en Miami, Florida. Se trató de un varón de 69 años e historial de obesidad que fue ingresado en Cuidados Intensivos tras una semana con síntomas respiratorios. El paciente experimentó una erección de más de tres horas, y aunque finalmente falleció, se le aplicó un tratamiento con fenilefrina que logró la detumescencia tras 30 minutos de tratamiento.
De hecho, en un estudio con 3.334 pacientes en la ciudad de Nueva York observaron una tasa de trombosis del 16%, del 29,4% en los pacientes de la UCI, utilizando prácticas rutinarias de cribado. La mortalidad de los pacientes con eventos trombóticos fue el doble que la de los que no tenían trombosis. “Aunque este estudio destaca que las pruebas han sugerido una asociación entre la COVID19 y la hipercoagulabilidad, insiste en que no hay pruebas de alta calidad que apoyen la anticoagulación terapéutica de rutina. En consecuencia, la Sociedad Americana de Hematología anima a participar en uno de los «múltiples ensayos controlados aleatorios» en lugar de utilizar empíricamente la anticoagulación con pacientes hospitalizados con COVID-19”, apunta el doctor Peinado.
Tipos de priapismo
“Existen dos tipos principales de priapismo: el veno-oclusivo, de bajo flujo o isquémico (es una urgencia urológica), y el arterial, de alto flujo o no isquémico (no es una urgencia urológica). El priapismo denominado recurrente es una variante del veno-oclusivo”, apunta el urólogo.
En relación con las consecuencias del priapismo veno-oclusivo o de bajo flujo, el doctor Peinado asegura que “una vez desarrollado el priapismo isquémico aumenta la presión intracavernosa e impide la entrada del flujo arterial”.
“Se produce una muerte celular secundaria de los cuerpos cavernosos con una disminución severa de la oxigenación y unas reacciones metabólicas perjudiciales para el pene”, apunta. En la fase final, puede producirse fibrosis de los cuerpos cavernosos con afectación severa de la erección. A las 24 horas ya se observa destrucción endotelial extensa con formación de trombos y a las 48 horas necrosis extensa del tejido cavernoso”, concluye.
En cuanto al arterial, el doctor Peinado afirma que es mucho más infrecuente que el veno-oclusivo. “Generalmente se produce de forma secundaria a un traumatismo perineal o peneano que provoca una laceración de las arterias del pene con la consiguiente fístula (comunicación directa) a los cuerpos cavernosos permitiendo un flujo arterial contínuo al pene. También puede ser causado tras cirugía del pene”, apunta el experto.
Para concertar entrevistas con el doctor Peinado ponte en contacto a través del correo locomunicas@locomunicas.es
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